Alicia, Asier, Ivan, Nerea y Aritz en Senegal

Hace prácticamente un mes desde que regresamos de nuestro viaje por Senegal. Aunque no sea tiempo suficiente para pasar a limpio todos los buenos recuerdos vividos, las ganas de compartir nuestra aventura nos animó a escribir este pequeño relato.

De origen nuestra idea era visitar el país de una manera cercana, que nos permitiera disfrutar de sus variados paisajes, su cultura, su historia, pero sobre todo de sus gentes. Esta ha sido nuestra primera toma de contacto con el África negra, y aun reconociendo que las sensaciones en un primer momento fueron curiosas, resulta imposible sentirse un extraño en Senegal. La famosa TERANGA (hospitalidad) senegalesa mas que un buen reclamo publicitario es una autentica declaración de intenciones...

Contactamos con Demba, muchísimo más que un guía, a través de internet y en pocas horas tuvimos claro que habíamos dado en el clavo. La plena dedicación, los conocimientos y sobre todo la humildad y dignidad con los que trata los problemas de su tierra son una verdadera lección difícil de olvidar. Senegal es tantas cosas a la vez que resulta complicado centrarse a la hora de transmitir la esencia de la experiencia allí vivida, desde la diversidad de sus paisajes, pasando del desierto a la sabana mas africana, los campos de Baobabs, o los saltos de agua cortados a cuchillo.

Senegal es Gorée con su historia, que también es la nuestra aun que haga daño, y cada una de las sonrisas de esas gentes sin rencor, que se quedan con el corazón en cueros para darte lo poco que tienen. Los mercados de Saint Louis o las montañas de cacahuetes de Kaolack y dormir en la misma orilla del rio Gambia con el run run de los hipopótamos de fondo. El ajetreo de Dakar, el polvo y la tristeza que da ver a los niños en la calle también son Senegal...

Senegal para nosotros son Harun, que nos ayudo a subir al fin del mundo, cerquita de Iwol, y Sambu que nos invito a visitar su pueblo, o Thierno un niño de Kaolack que tuvo la suerte que otros no tendrán, de ir a Valencia para que le pusieran bien lo que fallaba, y Olga una niña de Indar que no se acordara de nosotros aunque la llevemos muy dentro, Y che y Ambrosio y por supuesto Demba...

La aventura ha sido inolvidable, la cantidad de recuerdos que nos hemos traido, los amigos, y sobre todo aprender que con muy poco se puede echar una mano a quienes más lo necesitan. Por esto y por muchas mas cosas os animamos a viajar a Senegal, no os arrepentiréis.

Un fuerte abrazo...

Alicia Rodriguez, Asier Garcia, Ivan Baranda, Nerea San Martin y Aritz Vaquero