Creo que muchos de vosotros conocéis el diario que hizo mi hijo, entonces de 12 años, como trabajo de colegio a la vuelta de nuestro primer viaje a Senegal. Por si acaso cuelgo dos link donde podéis verlo:
No es un turismo solidario, en aquella ocasión no teníamos mucha intención de ayudar, de hecho casi
lo que buscábamos era un turismo de sol y playa. Es un turismo que yo calificaría de humano. La belleza de Senegal no está en sus monumentos, ni siquiera en su naturaleza, con ser muy bonita en algunos sitios, sino en sus gentes. Nosotros ya ns sentimoos como si pertenecieramos a varias familias senegalesas, como la de Demba en la isla de Carabane.

O la de aquella humilde familia de Tambacounda que nos acogió en su casa y nos enseñó hasta sus
chozas por dentro.
En esta ocasión hemos visitado también varias maternidades, hablando con sus profesionales y llevándoles alguna modesta contribución desde España

En esta ocasión hemos visitado también varias maternidades, hablando con sus profesionales y llevándoles alguna modesta contribución desde España
Pero, sin duda, lo que nos ha marcado más ha sido el recibimiento en la escuela de Bafican. Está claro que nosotros no teníamos nada que ver con la construcción de aquella escuela, pero nos recibieron como si la hubiéramos levantado piedra a piedra con nuestro esfuerzo. Por ello quiero poner en el blog algunas imágenes para que disfrutéis los que realmente habéis ayudado a la construcción de la misma. Ya sé que no es igual pero viendo esta pequeña muestra quizás os podáis hacer una idea de la inmensa emoción que se siente cuando con una pequeñísima ayuda (la mitad de la paga mensual de mi hijo) se puede hacer tanto por una gente tan maravillosa y tan agradecida.

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